CAPITAL SOCIAL
El capital social, en términos empresariales, se refiere al valor neto del monto total que corresponde a una sociedad. Los bienes que forman parte de este valor neto cumplen la función de conformar las acciones de una sociedad, y es una obligación que cada socio debe cumplir.
¿Para qué sirve?
Uno de sus principales objetivos es garantizar que la sociedad cuente con los fondos necesarios para iniciar su actividad. Además, el capital social aportado por cada socio se utiliza para calcular el porcentaje de participación que cada uno tiene en la empresa, lo que implica la propiedad correspondiente, así como los derechos de voto y participación, y el porcentaje de los beneficios.
Importancia
El capital social consolida el negocio mediante el aporte compartido de los socios. Todos los miembros sostienen una estructura común, y cada una de las acciones que conforman el capital es la base para las decisiones dentro de la empresa.
Sin el capital social, muchos objetivos no podrían alcanzarse. Su existencia contribuye a la productividad y facilita la toma de decisiones en beneficio de la empresa y sus integrantes.
Tipos de capital social
Las garantías de la empresa a través del capital social no son únicamente de tipo dinerario. También incluyen otros recursos que pueden servir como respaldo en caso de ser necesario.
El capital social se clasifica en:
- Activo
- Pasivo
- Patrimonio Neto
- Reserva Legal
Funciones del capital social
- Participación: Cada socio puede participar en las decisiones de la compañía según el porcentaje que haya aportado al capital social.
- Garantía: Es el medio que tiene la empresa para protegerse y asegurarse frente a riesgos.
- Producción: Las primeras operaciones de la empresa pueden financiarse con el capital social.
Aportaciones al capital social de la empresa
El capital social se forma mediante aportaciones de dinero por parte de los socios. También pueden realizarse aportaciones no dinerarias o en especie, como bienes muebles, inmuebles y derechos de crédito.
El capital social permite una mejor organización del trabajo conjunto, ya que, al tener un balance de los activos y pasivos de la empresa, se crea una base sobre la cual proyectar la compañía y resolver posibles problemas. Sin embargo, aunque está definido por el dinero y los recursos materiales, es importante que el capital social también consolide la confianza entre los socios y se construya sobre una identidad corporativa clara y compartida.